EL PORSCHE 550 SPYDER DE JAMES DEAN

Hace tres años, el 30 de septiembre de 2015, celebramos (si la expresión es adecuada en este caso…) el 60º aniversario del accidente que acabó con la vida de James Dean al volante de su Porsche 550 Spyder, al que había bautizado cariñosamente como Little Bastard.

Decidido a comprar un coche deportivo, el joven actor pidió inicialmente un Lotus Mark 10, pero al pasar por la ventanilla del garaje se enamoró de este pequeño coche de carreras ultraligero y despojado. Lo compró y ese fatídico día, después de una sesión de fotos publicitarias para una marca de velas para coches (Champion), decidió tomar la carretera hacia Salinas, donde al día siguiente se iba a celebrar una competición de coches. El tiempo era bueno, pero fue una circunstancia desafortunada. ¿Qué habría pasado si hubiera llovido? Habría subido su nuevo juguete a un camión para llegar a la competición y seguiría con nosotros (¡o no!).

EL ACCIDENTE

Acompañado por su mecánico, James Dean salió a la carretera. El tiempo es bueno y el coche responde bien a sus peticiones. Conoce su coche. Como en todo Estados Unidos, las carreteras son rectas en California. En California no hay límites de velocidad y puede acelerar a su antojo. En la esquina de las carreteras 41 y 46 en Cholame, un coche le negó el derecho de paso. El conductor diría después que no lo había visto venir. El impacto es muy violento. El actor fue asesinado en el acto. Su mecánico, expulsado en el momento del impacto, y el otro conductor sólo resultaron heridos, señala Crestanevada Málaga.

Los restos del Porsche se vendieron después del accidente. Dos médicos que ya tenían el mismo modelo compraron la transmisión y el motor para equipar sus propios coches. Unas semanas después, mientras se divierten corriendo juntos, ambos son víctimas de un accidente de tráfico. El primero murió y el segundo resultó gravemente herido. La Patrulla de Carreteras de California compró entonces lo que quedaba de los vehículos destrozados para mostrar los riesgos del exceso de velocidad durante los espectáculos de carretera. Durante varios años, los incidentes se multiplicaron: el coche se caía del podio y hería a los espectadores o se caía del camión que lo transportaba de un sitio a otro. Hasta que un día, el transporte de Miami a Chicago termina sin el Pequeño Bastardo. Todo rastro de la bandeja se perdió durante el viaje. Lo último que he oído es que seguimos buscando el Porsche.

¿Y ustedes? ¿Crees en esta maldición? Y en primer lugar, ¿has oído hablar alguna vez de James Dean?