Incluso después de la elección de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos, el Grupo BMW sigue comprometido con la nueva planta en México. Al parecer, la amenaza de elevados aranceles a la importación de automóviles producidos en México para el mercado estadounidense no es suficiente para influir decisivamente en la ampliación de la red de producción ya iniciada.
En la planta de San Luis Potosí, donde se celebró la ceremonia de colocación de la primera piedra el pasado verano, está previsto que el BMW Serie 3 G20 salga de la línea de producción a partir de 2019, y en grandes cantidades, pues los planes hablan ya de 150.000 unidades al año. También se espera que la inversión de alrededor de mil millones de dólares estadounidenses cree alrededor de 1.500 puestos de trabajo en México, lo que el futuro presidente estadounidense Trump considera que también sería bueno para Estados Unidos.
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Según manager-magazin.de, el miembro de la junta directiva de BMW, Dr. Ian Robertson, también comentó los planes de la compañía en el Auto Show de Detroit 2017, pero se mostró relajado: Todavía no se había decidido dónde se venderían finalmente los BMW construidos en México. Aunque es obvio que los vehículos construidos en Centroamérica están destinados principalmente al mercado estadounidense, en caso de aranceles punitivos particularmente altos sobre las importaciones correspondientes, el Grupo BMW presumiblemente también podría cambiar la distribución de los automóviles de San Luis Potosí y vender Serie 3 construidos en otros lugares en el mercado estadounidense. La planta de Rosslyn, que se ha utilizado hasta ahora, ya no es una opción, ya que el BMW X3 G01 se construirá en Sudáfrica en lugar del Serie 3.
En caso de que se produzcan negociaciones con la administración estadounidense liderada por Trump, la empresa con sede en Múnich puede sin duda presentar un amplio frente: La mayor planta individual de la empresa con sede en Múnich en términos de unidades ya se encuentra en los EE. UU., y ningún otro lugar construye tantos automóviles al año como Spartanburg. Así que nadie puede acusar al Grupo BMW de falta de inversión en EE.UU., aunque la nueva planta de México esté a punto de empezar a funcionar.