Adquirir protección para una invención mediante la presentación de una solicitud de patente requiere una inversión de tiempo y recursos financieros. El proceso de solicitud de patentes es complicado y puede llevar un tiempo considerable, generalmente de 3 a 8 años desde la presentación, para la emisión de una patente. El proceso de examen de patentes es riguroso y muchas patentes nunca superan esta fase del proceso hasta su expedición. Las solicitudes de patente que no superan la fase de examen pueden ser rechazadas por el comisario. El término para este rechazo es «Denegación de Patente». Veamos las posibles causas de la denegación y lo que puede hacer al respecto.
¿Qué es la «denegación de la patente»?
La Ley de Patentes, en su amplitud, explica claramente las múltiples facetas de la solicitud de una patente. También establece claramente que el Comisionado debe estar totalmente satisfecho con la solicitud de patente si va a conceder la solicitud con una patente. Si el Comisario no está satisfecho con la solicitud de patente, se reserva el derecho de rechazarla, lo que se denomina «denegación de patente». Esta denegación de patente se dirige al solicitante o a su agente registrado en forma de carta oficial junto con los motivos de la denegación.
Los motivos de la denegación
Hay varios motivos posibles por los que una solicitud de patente puede acabar siendo rechazada. A continuación se exponen los motivos más comunes de la «denegación de la patente». Un abogado o agente de patentes competente puede proporcionar información adicional.
La existencia de una patente similar
La existencia de una patente ya existente es uno de los motivos por los que el Comisario puede desestimar su solicitud. Este tipo de rechazo puede evitarse a veces realizando una búsqueda exhaustiva de patentes.
Los criterios de no obviedad
Para que se conceda una patente a una solicitud, el requisito principal seguirá siendo que la invención no sea obvia en su funcionamiento o conceptualización para el examinador.
El criterio de singularidad
Otro criterio igualmente importante sigue siendo que la invención debe ser única y singular en su funcionamiento y aplicación.
El criterio de utilidad
Una invención recibe la protección de una patente porque sirve para algún propósito útil. Si la invención no puede tener un uso industrial, no se le concederá la patente. Por lo general, se requiere un mero indicio de utilidad, por lo que la denegación basada en la falta de utilidad es poco común.